Cuarta edición del estudio Smart Industry 4.0 de NTT Data
Sin entrar en complejos análisis económicos, acompañados de mareantes cifras y datos, hay que destacar que el valor agregado o porcentaje del PIB de la industria en la economía de los países representa fielmente el estado de salud de su tejido empresarial. Las mayores economías del mundo desarrollan y actualizan constantemente políticas para impulsar este sector estratégico. El impacto de la industria en España sobre el PIB viene rondando el 20% en los últimos años, muy lejos del sector servicios (68% aproximado).
Recordemos que la industria manufacturera, que integra el sector secundario al que nos estamos refiriendo, transforma las materias primas extraídas o producidas en el sector primario para fabricar bienes de consumo y bienes de equipo. Estos últimos -la maquinaria industrial especialmente- se utilizan a su vez en la producción de otros bienes y tienen un gran peso específico en el sector industrial.
Por ello muchos gobiernos, conscientes del papel relevante de la industria en la economía de sus países, desarrollan políticas para impulsar esta actividad.
Su relevancia se proyecta en los siguientes aspectos:
- Disminuye las importaciones/aumenta las exportaciones
- Mantiene y genera puestos de trabajo de calidad
- Fomenta la innovación tecnológica
- Potencia la competitividad
Dejando atrás otras referencias a la industria en líneas generales, actualmente la tendencia en los países desarrollados se orienta hacia la Industria 4.0 o Industria Inteligente, modelo surgido de la cuarta revolución industrial y de los cambios vertiginosos en los que la evolución tecnológica impregna todos los sectores de la economía.
Hoy la fabricación industrial a gran escala se encuentra informatizada en todos o muchos de sus procesos. Conceptos como inteligencia artificial, internet de las cosas (IoT), robotización, sistemas ciberfísicos, big data o nanotecnología muestran el estado avanzado de este tipo de industria interconectada, en la que los procesos de fabricación son más ágiles y flexibles. Los efectos positivos de la digitalización de la industria se plasman en la reducción de costes, aumento de la productividad y eficiencia de la cadena de suministro.
Sobre este sector nuestra empresa mutualista NTT Data, en colaboración con el Observatorio de la Industria 4.0 y el apoyo del Centro Español de Logística y del Club Excelencia en Gestión, ha publicado la cuarta edición del estudio Smart Industry 4.0, en el que se analiza la transformación digital y la evolución de la industria española.
Este estudio no podía abstraerse a la actual situación económico-sanitaria: «El 80% de las empresas considera que la pandemia ha contribuido a acelerar la transformación digital en el área de IT».
También refleja el dato de las empresas que ya cuentan con herramientas de gestión de la innovación, que ha pasado de un 29% en los últimos años al 42% actual y que más del 70% prevé invertir en mejoras en la producción de nuevos productos a corto y medio plazo.
Además, el 79% cuenta con un plan de transformación digital, aunque el 8% aún no lo ha puesto en marcha.
Como se destaca al final del estudio «la resistencia al cambio continúa siendo el mayor freno dentro de las empresas para la transformación digital, seguido de la falta de formación de los trabajadores».
Cuarta edición del estudio Smart Industry 4.0
