Banner La importancia del benchmarking

¿De verdad necesito hacer un benchmarking? De verdad necesitas hacer un benchmarking

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Fraternidad-Muprespa

Destacar. Consolidarse en el mercado. Avanzar. Son, sin duda, conceptos que cualquiera querría para su empresa y las herramientas al alcance de la mano para conseguirlo son siempre bienvenidas.

En este portal ya hemos hablado en numerosas ocasiones de la importancia de conocer el mercado en el que nos movemos, conocer qué se ‘cuece’ en nuestro sector y para ello una de las estrategias más efectivas pasa por comparar procesos, productos o servicios, lo que hacen los demás.

Pues eso se hace a través del benchmarking un estudio en profundidad sobre el trabajo de la competencia para entender las estrategias y mejores prácticas utilizadas por ellos. Analizando convenientemente se identifican áreas de mejora y se promueve e impulsa la innovación y la competitividad, se establecen metas realistas y se diseñan áreas estrategias efectivas para alcanzarlas.

Asimismo se fomenta una cultura de mejora continua, un activo clave para adaptarse a las cambiantes demandas del mercado y para promover esa inquietud que mueve a hacer más y mejores cosas. Y hablando en términos económicos, también implica una optimización de recursos ya que facilita identificar donde se puede ahorrar sin perder eficiencia.

(Nota de la autora: para quien prefiera utilizar el concepto en castellano, la Fundación del Español Urgente, Fundeu, sugiere los términos “análisis comparativo”, “evaluación comparativa”, “aprendizaje comparativo” o “puntos de referencia”). 

¿Y con qué datos se elabora un benchmarking? Porque claro, acceder al trabajo de la competencia no es sencillo, pero según los expertos en marketing no pueden faltar ciertos datos, como los relativos a procesos operativos, costes, tiempos de producción, calidad del producto o servicio, y satisfacción del cliente. Estos datos son esenciales para realizar una comparación precisa y significativa.

Si además contamos con otros datos optativos como los que se refieren las estrategias de marketing, políticas de recursos humanos o uso de tecnologías, contaremos con una perspectiva más completa y enriquecedora.

Como la imaginación es ilimitada, el benchmarking es producto que puede materializarse en multitud de soportes y formatos, dependiendo de las necesidades de cada entidad. Lo más común, incluir informes detallados, gráficos y presentaciones visuales, claramente interpretados y accesibles.

En cuanto a los destinatarios, el benchmarking está dirigido principalmente a los líderes y gestores de la empresa, es decir, a los responsables de tomar decisiones estratégicas, aunque puede ser útil para otros departamentos o puede solicitarse uno en función de las necesidades.

La doctrina los clasifica en:

  • Benchmarking competitivo: el que está enfocado en las técnicas de los competidores directos que se disputan tus mismos clientes.
  • Benchmarking funcional, el que permite hacer estudios de empresas que no son de tu segmento, pero con derivadas que sí nos afectan. Por ejemplo, analizar cómo la competencia publicita sus productos para llegar a los potenciales clientes.
  • Benchmarking internacional, que nos facilitará las posibles tendencias en el mercado más allá de las fronteras propias siempre que se trate de un mercado más desarrollado fuera que dentro.
  • Benchmarking genérico, que sirve para analizar procesos específicos de otra empresa.
  • Benchmarking interno, que analiza y compara las áreas de una empresa.

En resumen, el benchmarking es una herramienta indispensable en un mundo empresarial en constante evolución, porque disponer de información siempre suma.

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