Blockchain, los eslabones hallados
Si hablamos de tecnología e innovación digital aplicada a campos diversos aparecerán términos como inteligencia artificial, internet de la cosas o el que figura en el título de este artículo, blockchain, y que quizá sea uno de los más desconocidos, así que vamos a empezar por definirlo blockchain. ¿A qué se refiere este concepto que ya es inseparable del ecosistema emprendedor digital? Pues a una tecnología basada en una cadena de bloques, esto es lo que significa blockchain, con una base de datos pública y distribuida en la que se registran de forma segura diferentes transacciones que se van realizando en la red.
Es decir, a medida que se van agregando datos nuevos a la red, se crea un nuevo "bloque" y se adjunta a la "cadena", de modo que los datos no se guardan en una ubicación controlada por un administrador sino que las copias idénticas de una base de datos blockchain pueden estar en tantos equipos como miembros tiene esa comunidad.
Su peculiaridad consiste en estar completamente descentralizada. No depende de ninguna entidad externa y permite compartir millones de registros comerciales. Como la mayoría de los datos que alberga una cadena son relativos a pagos parecía evidente que se consolidara a través de algo como las criptomonedas. Pero el blockchain es mucho más que eso.
Muchas empresas recurren a esta tecnología para crear, por ejemplo, nuevos programas de verificación de identidad o para crear contratos inteligentes, es decir, aquellos hechos a medida de cada cliente sin necesidad de elaborar decenas de borradores hasta dar con el adecuado.
Blockchain se considera altamente seguro por la forma en que se crea cada nuevo bloque. Esto es así gracias a un componente solidario que podríamos resumir con un “la seguridad de uno, es la seguridad de todos” y es que otra de las claves de esta tecnología reside en que la mayoría de los nodos, o sea, de participantes, deben verificar y confirmar la legitimidad de los nuevos datos antes de poder agregar un nuevo bloque para evitar ‘manzanas podridas’.
Si esta tecnología está descentralizada, ¿quién la gestiona? La respuesta es más sencilla de lo que cabría pensar: estas cadenas de bloques están controladas por una organización o grupo, los únicos que pueden decidir a quiénes invitan al sistema y quién tiene autoridad para intervenir en la cadena de bloques.
Como hemos dicho, el blockchain sirve para diversos propósitos, que van de la prestación de servicios financieros a la administración de sistemas de votación, ejemplo clave porque permite realizar verificaciones fidedignas de la identidad de una persona.
Los usos más frecuentes de esta tecnología pertenecen a ámbitos como los que siguen:
- Transferencias de activos: blockchain permite registrar activos digitales pero también físicos, es decir, desde un NFT a una escritura notarial sin necesidad de presentar manualmente documentación.
- Contratos inteligentes: otra innovación de blockchain son los contratos autoejecutables, comúnmente llamados "contratos inteligentes", que se promulgan automáticamente una vez que se cumplen las condiciones.
- Banca: como todo comenzó en blockchain en el ámbito de las transacciones económicas, este sector no podía faltar en esta relación, ya que las cadenas facilitan la comercialización de ciertos productos bancarios, aseguran la rapidez en las operaciones y evitan fraudes.
- Telecomunicaciones: la seguridad y necesidad de autenticación tiene, por fuerza, gran impacto dedicado a la gestión de las redes y donde la competitividad es de las más feroces.
- Medicina: blockchain permite seguir fácilmente la trazabilidad de medicamentos, acceder de forma inmediata a historiales médicos y tratamientos y personalizar la relación médico-paciente.
- Administración pública: algunos países han incorporado ya tecnología blockchain a sus oficinas y agencias para mejorar la experiencia de los empleados y los habitantes, por ejemplo, para almacenamiento de datos fiscales o sanitarios de los ciudadanos.
- Ventas online: ¿alguien puede imaginar un ecommerce sin intermediarios? Blockchain permite conectar a compradores y vendedores, sin intermediarios, aunque en la práctica esto puede suponer cierto intrusismo, por ejemplo, empresas tecnológicas que desarrollan plataformas con funciones bancarias, pero ajenas a los bancos, o compañías telefónicas que actúan a modo de medios de comunicación generadores de contenidos.
- Derechos de autor: a la hora de preservar la propiedad intelectual, blockchain aumenta el control que los autores pueden tener sobre su obra. Existen plataformas que almacenan imágenes y audios para su distribución automática nada más recibir un pago. También permite conocer cuándo una obra está siendo usada o abusada.
Y si en este último campo queremos rizar el rizo podemos recurrir a los NFC, Near Field Communication en sus siglas en inglés, o comunicación de campo cercano en español, una tecnología que, unida a la de blockchain consigue nuevos métodos para hacer frente a términos de seguridad en diferentes sectores.
Los NFC permiten que dos dispositivos dotados de esta tecnología compartan datos de manera inalámbrica cuando el dispositivo de lectura se acerque a la etiqueta de información correspondiente, sin necesidad de conexión a internet, una tecnología en continuo crecimiento y que merece, y así lo ofreceremos en breve, un artículo aparte.